Etiolación: Pasos para salvar tu planta estirada
Muchos ven a las plantas como un objeto decorativo y estático. Lo cierto es que no lo son, y pueden reaccionar con facilidad al espacio o a las condiciones del lugar en donde se encuentran.
Uno de los factores principales para el buen crecimiento de nuestras suculentas es la luz. Cuando ellas no reciben la cantidad suficiente, o el espacio es demasiado sombrío, ellas pueden etiolar, es decir, que se pueden estirar o deformar en busca de mejores condiciones de iluminación. (Revisa nuestro post sobre luz aquí).
¿Cómo nos damos cuenta de esto?
- Nuestra suculenta se inclinará hacia la luz.
- El tallo se estirará y las hojas quedarán muy separadas entre sí.
- Las hojas inferiores apuntarán hacia abajo.
- Nuestra suculenta se deformará y debilitará.
Cuando logramos detectarlo a tiempo, podemos corregir colocando nuestra planta en un lugar con mejores condiciones de luz, pero si el tallo ya se ha estirado mucho, por más que la reubiquemos en un espacio más iluminado, no volverá a su estado anterior.
Ahora, ¿Cómo podemos salvar nuestras suculentas etioladas?
Aunque suene terrible, decapitándolas.
Sí, las primeras veces da mucho miedo, pero es una forma muy eficaz de corregir el tallo estirado para que nuestra suculenta vuelva a crecer bien (No olvides que en el mundo de la jardinería siempre todo será prueba y error, así que no te asustes).
En la tienda
Para hacerlo, sigue los siguientes pasos:
Paso 1: Corta la roseta superior, dejando un poco de tallo (entre 5 a 10 cm aproximadamente en la parte inferior). Hazlo con una tijera o cartonero con buen filo para que el corte sea limpio.
Paso 2: Puede que tengas que quitarle algunas hojitas para que el tallo quede libre.
Paso 3: Deja cicatrizar la herida del corte por unos 2 a 3 días, en un lugar iluminado sin sol directo.
Paso 4: Trasplanta la roseta a una maceta cool como las nuestras 😉 utilizando gravilla en el fondo + una buena mezcla de sustrato para suculentas.
Por último, no riegues hasta 2 a 3 semanas de haber plantado la roseta para ayudarla a enraizar. Luego de eso, intenta levantarla un poco del sustrato (sin sacarla) sólo para ver si ofrece algo de fricción. Si ya la notas firme, es por que sus raíces ya están agarrándose a la tierra y ya puedes comenzar a regar.
* Dato: No botes el tallo que quedó en la maceta, puedes dejarlo sembrado tal cual, ya que puede volver a brotar, debes regarlo con la misma frecuencia que el resto de tus suculentas.
Mucho éxito!
=)